Y esto comienza entonces con una anécdota cercana: Una de mis amigas, llamémosla Sarah, trabaja como creadora de contenidos eróticos. Ofrece sus fotos y videos en plataformas como OnlyFans y 4Based y, digámoslo como es, vive de ello maravillosamente. Su trabajo también consiste en satisfacer los deseos más especiales de sus seguidores. “La mayoría quiere lo de siempre”, me cuenta Sarah. “Senos, glúteos, vagina, pies”. Un poco de masturbación aquí, un poco de POV sexy –sobre todo de ‘perrito’– allá, y los usuarios suelen quedar satisfechos.
Pero luego están hombres como Thomas. Él tiene un fetiche lingual. No suena muy raro, después de todo, los juegos eróticos con la lengua son algo que la mayoría de nosotros disfrutamos. Ya sea al besar, al hacer sexo oral o al lamer; sin la lengua todo sería la mitad de agradable o incluso impensable. Sin embargo, Thomas piensa de otra manera. Para él, la lengua no es solo una herramienta que emplea para excitarse o intensificar el deseo. Es el objeto de su deseo. Y está obsesionado con ella.
¿Qué es un fetiche lingual?
Un fetiche lingual se define como una parafilia donde la excitación sexual se obtiene a través de la lengua o de objetos que se asocian con ella. (Recuerda que una parafilia no es una enfermedad mental, pero se convierte en un problema cuando dificulta que te relaciones de forma sana con otras personas o tu entorno).
Ahora bien, ¿te estás preguntando si tú también tienes un fetiche lingual similar al de Thomas? Para averiguarlo, podrías responder a la siguiente pregunta: a) ¿Te gusta el sexo oral porque se hace con la lengua; o b) al revés, te gusta la lengua porque hace mejor el sexo oral? Si tu respuesta es a), podría indicar una preferencia por la lengua en sí.
Boca abierta, lengua fuera… ¿o cómo?
Volvamos a Thomas. Por cierto, él estuvo de acuerdo en que Sarah y yo reveláramos sus preferencias en este punto, pero no quiso hacer más comentarios al respecto. Thomas sabe exactamente lo que quiere. “Le gustan los videos en los que saco la lengua y abro la boca”, cuenta Sarah. “A veces le gusta que cierre la boca y saque la lengua entre los labios, es decir, la típica pose de lengua fuera. Pero no es tan frecuente”.