Puede que hayas escuchado hablar sobre el aftercare en el sexo, ¿pero sabes a qué se refiere? Afortunadamente, en los últimos años se han abierto más conversaciones en torno a las relaciones sexuales, y se les ha comenzado a ver desde un lugar más consciente y menos prejuicioso.
Puede que algunos difieran, pero aquello que sucede antes y después del encuentro también forma parte del sexo. Independientemente de si se disfruta con una finalidad meramente lúdica o con la intención de formar relaciones más profundas, la experiencia sexual se puede extender hasta donde cada persona decida. Para algunos, todo el galanteo previo es la parte más emocionante e influye directamente en el nivel de excitación o en la experiencia sexual que tendrán. Esto también sucede a la inversa, y hay quienes le dan el mismo valor a lo que ocurre después del sexo.
Ya sea por preferencia personal o por el simple hecho de mantener relaciones más responsables, el aftercare en el sexo es una forma de asegurar el bienestar de la pareja (o de todas las personas involucradas) después de cualquier encuentro. Y si ya pusiste tanto esfuerzo en el acto, ¿por qué no cerrarlo de la misma manera?
¿Qué es el aftercare en el sexo?
La palabra aftercare se traduce literalmente como “cuidado posterior”, y hace referencia a todos los cuidados que puede haber después del sexo. Es un acto de atención y respeto hacia la otra persona, que protege tanto su salud física como emocional. También es una forma de transicionar de manera gradual a la realidad después de una sesión intensa, evitando que el final del sexo se sienta abrupto o pesado.
Durante la actividad sexual, el cuerpo libera un cóctel de hormonas que generan sensaciones de placer, bienestar y excitación. Sin embargo, justo después de llegar al orgasmo o clímax, estas hormonas comienzan a descender, lo que puede provocar cansancio, somnolencia o bajones emocionales repentinos.
Mientras algunas personas sienten calma y satisfacción, otras pueden experimentar sentimientos de ansiedad, culpa o tristeza. Esta reacción es más común de lo que parece, y depende de factores como la química corporal, el contexto de la relación o, aunque suene redundante, una mala rutina de aftercare.
El cuidado después del sexo se puede ver de muchas formas, y no hay una fórmula correcta. Algunos ejemplos son:
